" Esta rama de la industria local, al igual que las demás, tuvo
su decadencia en los años de la diáspora. Prescindiendo de su capacidad
productiva, tecnológica o especialización, todos los talleres, de este gremio
de la madera, a los que llamábamos simplemente carpinterías, comenzaron su
travesía del desierto.
Todo cuanto se producía
era para el consumo local. Siempre había
quien estaba más especializado, pero la mayoría de los carpinteros hacían de
todo. Era un trabajo artesanal. Entonces no se trabajaba en serie. Lo mismo fabricaban
un ataúd, que una puerta, una camilla o cualquier otra cosa. Alguno era más ebanista que carpintero. Los había que
tradicionalmente construían las barcas y
los barcos de pesca.
Sobra decir, que la
madera de pino, muy abundante como queda dicho, era la materia prima de la que consumían estos
profesionales."
Del libro Garrovillas de Alconétar 1940-1960. Teófilo Domínguez.
Del libro Garrovillas de Alconétar 1940-1960. Teófilo Domínguez.
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