"La mayor tragedia de este siglo es la extinción de la cultura campesina, cultura milenaria e indefensa porque no está registrada en libros, sino en manos de la memoria y la transmisión oral"
Luis Landero

domingo, 30 de junio de 2013

EL PERICUCHO DEL ROLLO




El Pericucho del rollo, lugar emblemático donde hemos pasado buenos momentos charlando con los amigos, fumando algún que otro cigarro, sentados en su peana. Hace años cuando no existía el colegio y nada impedía el flujo de las corrientes de aire en las soporíferas noches de verano, era uno de los mejores lugares para tomar el fresco. Cuántas conversaciones habrá escuchado y habrá sido testigo de algún que otro furtivo beso en aquellos años tan puritanos.



El significado de nuestro Pericucho, sería el siguiente: “Un rollo es una columna de piedra, ordinariamente rematada por una cruz o una bola. Representaba la categoría administrativa del lugar, levantándose sólo en los villazgos que tenían plena jurisdicción, indicando el régimen al que estaba sometido: señorío real, concejil, eclesiástico o monástico. Además marcaba el límite territorial y, en ciertos casos, era un monumento conmemorativo de la concesión del villazgo. Compartían con las picotas las funciones de ajusticiamientos. Estos ajusticiamientos fueron suspendidos por decreto de las Cortes de Cádiz en1812. Los hay en aquellos pueblos de Castilla que tenían alcalde y, por lo tanto, jurisdicción para juzgar y condenar a muerte. Servía además para castigar y pagar las penas menores de los delincuentes comunes, que tras ser azotados, eran expuestos a pública vergüenza.”

Hoy afortunadamente que vivimos tiempos más humanizados, aún permanece erguido, vestigio de otro tiempo, salvado de la vorágine de la piqueta destructora de tanto patrimonio, sólo molestado por grafiteros que no respetan su blanco encalado.

jueves, 27 de junio de 2013

GASTRONOMÍA: COCIDO



 
   Hoy comemos cocido, plato típico y completo donde los haya, si antes comer garbanzos era algo cotidiano y a veces lo único posible, hoy es todo un lujo y placer degustar este plato tan completo. Garrovillas era zona de cultivo de garbanzos y tenía fama por ello. Además en los meses de invierno se hacía, los que podían, la tradicional matanza del cerdo y así disponían de una buena reserva de embutidos y tocinos salados para el resto del año. Cuando hice las fotos y diseñe esta entrada, no hacía este calor que sufrimos en este día de finales de junio, no muy apropiado para comer este plato.

   Teófilo Domínguez en su libro “Garrovillas de Alconétar 1940-1960” hace alusión a este plato de la siguiente manera:

    “Hablar de gastronomía, al menos en la primera década, puede parecer un sarcasmo, ya que era difícil llevar a la práctica esta actividad y menos disfrutarla, en el sentido opíparo del término. El pan, elemento básico de aquella sociedad rural, era el que más escaseaba. Entonces no se concebía una comida sin pan. El cerdo era el que aportaba la mayor cantidad al consumo cárnico local. La chacina la consumía casi todo el mundo. 

   Se trataba de comidas abundantes en grasa, poco aptas para la sociedad actual, pero entonces no se hablaba de colesterol, ni de obesidad. El duro trabajo del campo, lo quemaba todo.
La costumbre era “arrimal el pucheru”, con los garbanzos y “el chichi”, o sea, el cocido, del que se aprovechaba el caldo para unas sopas como entrante. Eso era el menú de medio día. Por las mañanas y por la noche, lo habitual eran las sopas, normalmente de pan. En el verano solían ser de tomate. De verano era muy habitual una “entomatá”. De pendiendo de las circunstancias podía añadirse algo como suplemento. Quizás un trozo de pan y queso, o patatera
    La gente humilde que no había tenido matanza, en vez de hacer cocido, preparaba patatas, solas o con arroz, o éste con un poquito de cola de bacalao, para darle gusto, etc. Pero como los garbanzos eran más asequibles y tradicionales, procuraban hacer el cocido sin disponer de chacina. Con el fin de poder añadirle algo de grasa, recurrían a personas que tenían matanza y que les cediese algún chorizo o morcilla para cocérselo y devolverlo a la dueña una vez cocido. Ambas partes salían ganando, una porque así los garbanzos tenían alguna sustancia y la otra porque se ahorraba tener que cocer su chacina si no cocinaba puchero. Pero de vez en cuando, a alguna pieza se le rompía la tripa y había que justificarse ante la dueña.”






miércoles, 19 de junio de 2013

CHIMENEAS





 

   Una buena cocina, necesitaba un buen hogar y este necesitaba unos buenos conductos para la evacuación de humos. Algunas de estas chimeneas aún se conservan, son como una reliquia de la necesidad de otra época en la que todavía no habían llegado los avances técnicos que conocemos hoy. Las hay grandes, pequeñas, toscas, esbeltas...Quizás algo tendrían que ver la clase social que ocupaban estas casas. Cada vez quedan menos y forman parte de la idiosincrasia del lugar.