Los “aguaores” era un oficio indispensable
en aquellos años; aunque muchas casas disponían de pozos, este agua (llamada
“de gastar”) la mayoría de la veces no era apta para el consumo humano, siendo
necesario traerla de manantíos o pozos cuya calidad de agua era garantizada.
Con el tiempo se pasó de repartir el agua en bestias a repartirla en cubas en un tractor, hasta que ya en los años
setenta se instaló la red de agua potable, quedando este oficio relegado al
olvido y sólo recordado por los motes (“aguaor, aguaora”) que aún perviven en
el pueblo.
Blog del Museo Etnográfico "El Silo" de Garrovillas de Alconétar. Horario:Sábados y domingos 12 a 13.30 H. Para concertar visitas en días laborales contactar con los teléfonos 692104986 / 606608907
"La mayor tragedia de este siglo es la extinción de la cultura campesina, cultura milenaria e indefensa porque no está registrada en libros, sino en manos de la memoria y la transmisión oral"
Luis Landero
viernes, 27 de septiembre de 2013
domingo, 22 de septiembre de 2013
IX MUESTRA ETNOGRÁFICA EN VIVO
Una vez más se desarrolló la Muestra Etnográfica en Vivo,
coincidiendo con la Feria de San Mateo, muy importante en aquellos años como
feria ganadera, para la compra de enseres y esparcimiento en las atracciones y espectáculos
de la época.
Ya vamos por la IX edición, siendo como en años anteriores
un éxito a juzgar por los expositores que nos han visitado, la afluencia de
público y las imágenes difundidas en la red. Por ello queremos agradecer a los figurantes, colaboradores y
organizadores su labor desinteresada sin la cual no sería posible este tipo de
eventos.
FOTOS MUESTRA ETNOGRÁFICA
FOTOS MUESTRA ETNOGRÁFICA
sábado, 14 de septiembre de 2013
LA FERIA
La feria era la fiesta que más gente concentraba en Garrovillas, Venían personas de todos los lugares de la provincia y allende la misma, siendo los pueblos cercanso los que más gente aportaban.
El comienzo oficial era el día de San Mateo, 21 de septiembre. Duraba tres días. Antes de la guerra duraba hasta cuatro. Era una feria eminentemente ganadera, como correspondía a la época, en la que se compraban y vendían toda clase de ganado: cerdos, ovejas, cabras, vacas, mulos, caballos, asnos, etc.
El comienzo oficial era el día de San Mateo, 21 de septiembre. Duraba tres días. Antes de la guerra duraba hasta cuatro. Era una feria eminentemente ganadera, como correspondía a la época, en la que se compraban y vendían toda clase de ganado: cerdos, ovejas, cabras, vacas, mulos, caballos, asnos, etc.
Nuestra Plaza era el epicentro en torno al cual giraba la
feria, como lo había sido el mes anterior con los toros. En ella se asentaban
las atracciones propias de la época, no eran tan sofisticadas y voluminosas
como las de hoy. Solían ser voladoras, columpios, noria, caballitos y a veces
el tren de la bruja.
De todas las fiestas locales, la feria era la que más
agradaba a la infancia. No siempre los niños disponían de la perra gorda, la
peseta o el duro, depende del año, que costaba el viaje.
Por las tardes, la Plaza se ponía de bote en bote de
garrovillanos y forasteros, que se acercaban a ella para pasear y disfrutar del
ambiente festivo. Otro de los alicientes de animación eran los altavoces de las
atracciones que cantaban las canciones de moda en cada momento.
La Avenida de la Soledad, que aún era calleja, se ponía
tan llena de gente que era literalmente imposible dar un paseo desde la Plaza hasta la Soledad.
A raíz de la guerra la feria decayó mucho, se volvió a
recuperar tras los primeros años. Pero ya no fue igual.
Extracto del libro Garrovillas de Alconétar 1940-1960 de Teófilo
Domínguez.
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