Los toros son las fiestas por antonomasia en Garrovillas
a las que casi nadie querrá renunciar. Ver al pobre animal cubierto de
soplillos, “rejiletes” y algún que otro rejón era algo habitual, por suerte
esta práctica ha desapareció más por ley que por consenso popular.
Siguiendo con el libro de Teófilo Domínguez “Garrovillas
de Alconétar 1940-1960”
“Sin lugar a
dudas, los toros son las fiestas más populares de cuantas se celebran en
Garrovillas. Es difícil imaginarse a los garrovillanos sin ellos, porque de alguna manera casi forman parte de
la idiosincrasia local. Pero el ser humano es un animal de costumbres y durante
la guerra y años después no hubo toros y la gente se habituó (desde 1935, hasta
allá por el año 1944 aproximadamente no hubo toros en nuestra Plaza. En
aquellos años de penuria y necesidad apenas se echaron de menos. Durante los años de la II República, había muy pocos toros.
El consistorio estaba dividido. Los de derechas eran partidarios de los toros y
los de izquierda no. Estos consideraban que era un gasto superfluo, mientras el
pueblo pasaba necesidades y consideraban que la política de la derecha en este
sentido era la de “pan y circo”. Ver actas municipales de la época)
Los toros en nuestro pueblo se remontan varios siglos
atrás. Pero entonces había un día o dos. En los años que tratamos, lo habitual
eran tres días y sólo una vez o dos hubo cuatro. Fue en décadas posteriores,
con la democracia, cuando la fiesta se
amplía y se establecen los cinco actuales.
Si nos remontamos a décadas anteriores a las que
tratamos, debía ser relativamente poca la gente que acudía a la Plaza. Basta
ver las fotos de la misma durante el espectáculo para comprobarlo. Apenas había carros y pocas empalizadas. Es obvio
que en aquellos tiempos no existían los coches y no venía gente de fuera, salvo
de Navas.”
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