MIGUEL MARCOS

Seguramente nadie sabrá quién fue Miguel Marcos, aquel vecino de Garrovillas que en 1843, plantó un olivo y puso un azulejo para dejar constancia de aquel hecho. Hoy, a pesar del tiempo transcurrido aún se puede leer esta baldosa que está colocada en la fachada de la casa de la fotografía.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, allá por 1843 nacía Benito Pérez Galdós, Isabel II colocaba la primera piedra del congreso de los Diputados y era declarada, con sólo 14 años, mayor de edad, convirtiéndose así en reina de España. Pues todo este tiempo ha permanecido el azulejo allí soportando el paso de tantos años. Gracias al actual propietario de esta casa y a su acertada reforma se puede seguir contemplando este documento histórico. Lo que sí ha desaparecido es el olivo, En la última remodelación de esta plaza no se actuó con la debida sensibilidad y se hizo desaparecer este emblemático árbol.

PARAÍSOS PERDIDOS

Paraísos perdidos.
Aunque conservo vagos recuerdos de esta zona, hoy bajos las aguas, era sin duda un lugar privilegiado para la agricultura, la industria y para un incipiente turismo.
Viendo las fotos antiguas, uno puede soñar cómo sería en la actualidad este lugar y la riqueza que hubiese generado.Pero tuvimos que contribuir al progreso con la perdida de nuestros mejores parajes para la producción de energía eléctrica. Energía que contribuyó al desarrollo de otras regiones y después de tan terrible pérdida hoy tenemos que pagarla a unos precios elevadísimos. ¿Mereció la pena?

FIESTAS: SAN BLAS

“Pero lo más vistoso de la fiesta (San Blas) son las “las serranas “. En este sentido, no sólo se mantiene en plena vigencia, sino que ha ido a más. Las serranías, sobra recordarlo, son los trajes típicos locales que lucen las féminas esos días. Son de una incomparable belleza y colorido por su combinación de bordados sobre las faldas. Estas suelen ser rojo, verde o amarillo. Unas son plisadas y otras no. Una faltriquera bordada. No menos elegante es el mandil, el pañuelo de cien colores u otros similares que se colocaban en el jubón. Las medias de artesanía, de color blanco hacen juego con los zapatos negros. Peinado idóneo, que se puede adornar con algún clavel o similar.
En aquellos años no todas las mujeres podían lucir una serranía. Lo que quiere decir que estas abundaban más entre la clase pudiente. Mucha las lucían prestadas y sin el lustre deseado.
Ver a la chicas vestidas de serrana, es un deleite por su hermosura y lozanía. Un espectáculo de belleza, todo un conjunto de redundancias que amenizan las, a veces frías tardes invernales, paseando en grupos agarradas del brazo acompasadas, como si fuera una formación.” GarrovillasAlconétar1940-1960. Teófilo Dominguez.

 

                                                       Foto Alkonetara.org

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